martes, 29 de septiembre de 2009

Un viento de revés de última hora, de esos contra los que el Gran Marco Polo me enseñó a navegar a bordo de un " cuatro veinte" en Ibiza, me ha tenido en jaque cinco días. Recuperado ya del maldito resfriado lo que siento ahora es un fuerte ardor en las venas durante la hora del almuerzo el día que empiezo a vacacionar... Creo que estoy entrando en erupción, así que un último paseo con mí ahijado Mario, unos achuchones... benditas sonrisas las de esa criatura. Justo lo que necesitamos antes de secuestrar a su padre. Con crédito de secuestradores: el tío Clemen y el padrino, servidor... para hacer despertar al padre en Tanzanía, rumbo ... dios sabe.

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