sábado, 19 de diciembre de 2009

Nos vemos ...


(...) Me convertí en lo que soy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1.975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe (...)



Así comienza la novela "Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini. Yo no sé bién cuando me convertí en lo que soy, puede que aún no lo sea... o me esté sometiendo a una catarsis. Caminar ofrece a los sentidos la oportunidad de sentir la tierra bajo tus pies. Pisar la irregularidad de la corteza terrestre es uno de los mayores placeres, embriaga y crea una bendita adicción. Cada paso es una ganancia, permite observar en primer plano, escuchar y dudar, oler ... Viajar conforma las bases del conocimiento empírico y desata la versatilidad del interlocutor, provoca un estado de eufória único que desata el estadio salvaje del individuo. Existe una amplia literatura que sólo puede conducirte, orientarte o mostrarte el camino, sin embargo se torna insuficiente desde el momento en que comienzas a pisar las lineas rojas que antes trazaste con un rotulador sobre un mapa y tu pequeñez se diluye en el mundo.

Quise hacerlo y compartirlo con mí gente de la manera más directa que pude.



Con mis padres y hermanos Mario y Aure por cada mensaje de empuje sobre lo que significaba el Kilimanjaro, un proyecto que por razones a veces inesperadas se fue posponiendo. Con mi tía Mariló y mí tio José Antonio, moteros, montañeros... con quién me une además una relación de amistad. Con la familia Molina... mis primos Angel David, José Fran, Beatriz que pronto será mamá...Con la cúpula de la FNAC de Alicante Paco y Javi. Con América que está de enhorabuena. Con los miembros de la banda Silinká de la que soy percusiniosta junto a Bakús, Luismi, Quim...las voces de Estibaliz y Susana. Con los integrantes de la asociación de cooperación al desarrollo en Senegal Kumarela Kumo: Martita, sus chicas and company. Con Jorge Chile, con Melanie en Malta y Ian en Inglaterra. Con mi gente de Guardamar: Gaby,Graci, Edu, David y María, Rosa, María, Ceci, Mercedes, Virginia... Con Mayra y mí ahijado Mario (que sale a la montaña desde los dos meses) en Villena, con Elena en Zaragoza, con Bernard en Bilbao(...) Con mí abuela que siempre me pregunta dónde será la próxima mientras ella cumple años. Con José Manuel en Ibiza, Antonio en Mallorca... Con mis amigos de Monóvar: Iván, Zaira, Antonio, Eva, la pequeña Alba, Miguel, Sandra, Manolo, Carlos ... Con Albert en Barcelona por tener siempre listas un par de cuerdas y una cesta para recoger "bolets" y Edu que acaba de dar la vuelta al mundo. Con la sección Elche Vero, Fran, José, David...Con Javi de vuelta dando caña en las artes escénicas, Ferre más fuerte que nunca en roca, con Laura por estar siempre y por su calidad humana... Con Alex en Granada; africanista, reportero y activista cultural, por su trayectoria como viajero de la que tengo muchísimo que aprender... por su apoyo, empuje y colaboración, estuvo con nosotros en la cima. Con nuestro equipo de porteadores, guías y cocinero en Tanzania: Paul, Ramadan, Shardrac, Abbel, Agush ..., con nuestros amigos sombra de Arusha, con Goodluck ranger del Meru. Con Bob y Marley que nos alimentaron en la paradisiaca isla de Zanzibar a base de pescado fresco y salsa de coconut ( un manjar ). Con nuestros amigos los masais en la playa de Kwendua. Con Bru, Ana y Carles Beni que utiliza mis fotografías para ilustrar sus clases de historia y geografía en el Instituto. Con todos los viajeros encontrados por el camino en cualquier rincón de Tanzania, con Stephe de Inglaterra, con Mariela de Brasil, con los belgas ...Pablo de Argentina y su esposa (...). Con todos los que hayais cabalgado las temblorosas líneas de este blog.


Desde la factoría lo comparto con todos.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Paso a paso, piedra a piedra, pluma a pluma...


El altímetro ya marcaba los 5.ooo cuando un escalofrío me recorrió el espinazo. Paso a paso, piedra a piedra, pluma a pluma ...como cantaba Neruda.
Una parada técnica, Pablo se detiene, necesita tomar aire mientras yo despiezo una acartonada caja de edemox, grajeas para el mal de altura. Saco una y se la doy, 250 mg. Hemos perdido de camino al asistente de guía aquejado por los efectos de la altura ... Pensamos que Agush fumó marihuana en exceso la noche anterior al ascenso. Vendidos por la imprudencia de uno de nuestros guías bién sabíamos que en montaña cualquier incidencia puede pagarse muy cara. Marchábamos ahora con un "guía" de menos y Pablo aquejado ( él sí ostenta el título de montañero).
Después de un descanso me pego a Pablo como un chicle y no ceso de animarle. Clemente hace lo própio también pero claro está, - Nuestra seguridad es lo primero y si nos tenemos que bajar..., nos volvemos por dónde hemos venido.
Nunca olvidaré el gesto en el rostro de Pablo sentado sobre una piedra. Se alzó y mirándonos a Clemente y a mí nos dijo que continuábamos, que él de allí no se bajaba. Desde ese momento nos pusimos como motos y trabajando el ascenso nos plantamos en el borde del cráter a 5.800 mts. sobrepasado desde hacía mucho nuestro techo con Pablo totalemente recuperado para hacer una última parada de cinco rigurosos minutos ya que estabamos helados, los pies como témpanos de hielo. El sol no había salido todavía, debíamos avanzar y poner en práctica nuestros años de experiencia en montaña comenzando a caminar con un ligero mareo que no nos robó más que el equilibrio por unos momentos. La borrachera de altura tampoco nos dejó hablar mucho en el momento que caminabamos sobre los últimos metros hacia el punto más alto de un contienente, el africano. Me pregunto que sensaciones debió tener Hans Meyer allí arriba, pionero del Kilimanjaro. Qué visión tuvo del cráter rodeado por los inmensos glaciares de los que yo solo gocé en su remanente.
UHURU PEAK TANZANIA 5.895 M.
AFRICA´S HIGHEST POINT
WORLD´S HIGHEST FREE STANDING MOUNTAIN.

Nos quedó aire de sobra para una carcajada en el momento que nos abalanzamos los unos sobre los otros para fundirnos en un abrazo. - Estamos aquí Corbí ¡¡¡¡, Pablo!!! (...),gritaba el gran Clemente. Y cierto, así fue..., lo alcanzamos y gozamos de su soledad al ser el primero de los grupos en llegar piedra a piedra, pluma a pluma..., un 12 de octubre, día de la hispanidad, el mismo en que la primera de las embarcaciones de Colón avistó tierra en el nuevo contienente. Levanté yo tambíen mí bastón en busca del oeste, para señalar hacia los Andes ...

domingo, 6 de diciembre de 2009

El ascenso I


(…) Como tres inconcebibles ofrendas sobre aquella majestuosa mesa de altar, tres toros de lidia pastando entre glaciares, consagrados por la libertad del indulto y su vuelta al redil (…). Sollocé por la carencia de oxígeno… Exonerado por el Kibo posiblemente me brillaron los ojos (…)

Barranco wall es el último de los obstáculos antes de quedarse a una jornada de la gran cima. Aquella enorme pared negra cabalgada por cada una de aquellas pequeñísimas y trabajadoras hormigas que conformábamos en procesión una magnífica carabana hacia las estrellas. Escarpada pero cómoda resulta fácil de cruzar en un par de horitas para salir de la barrancada y plantarse en un estrecho hombro que conduce al último de los campos de altura: Barafu camp, un verdadero balcón desde donde poder observar los campos de caña de azúcar al otro lado de la frontera en Kenya. Sobrecogedor y la mejor de las vistas sobre Mawenzi, escarpado y dentado volcán por encima de los 5.ooo mts.
Sobre los 4.6oo de Barafu resulta complicado conciliar el sueño, mientras deambulo por el campo, apostado en una roca me dejo mimar por la espectacular cosmovisión, nunca ví las estrellas tan densamente agrupadas y claras. Cortado por el frío que ya ni siento, observo mi tienda iluminada como un farolillo chino, humea el vapor del té y el sabor de la felicidad, al fin y al cabo… estoy en casa, la montaña es mi casa y nada me ha podido apartar de ella ni tan siquiera aquellas nueve noches de hospital de hace ya… dios sabe cuánto tiempo. Ahora desde esta piedra miro hacia atrás y veo mucho, no demasiado aún… pero mucho. Veo momentos, islas y paises, veo escaladas, veo montañas… barrancos, ascensos, descensos… y gente, lo más importante mucha gente. Detrás de nosotros había muchas almas, a siete mil kilómetros de allí hubo mucha gente que aquella noche la pasó en vela aguardando una señal de vida, no diré de triunfo… En Monóvar, Villena, Alicante, Guardamar, Granada, Elche…, en Zaragoza, Bilbao… en Honduras, Marruecos, Inglaterra, Malta y Chile. Aquel atardecer me llevó sobre las seis de la tarde a mí saco para levantarme a las doce de la noche sin dormir nada, la altura no me lo concedió.
Tras una corta reunión de grupo garabateamos el ascenso en el suelo y distribuimos en tres pequeñas mochilas lo básico; agua caliente para evitar que se congeláse, alimento y repuesto de abrigo. Aquella noche parecíamos ser perros de presa que estaban a punto de soltar, el día ” D “ había llegado, después de unos cuantos años y con la luz del candíl de nuestros frontales emprendimos peregrinaje entre la más espectacular noche que he tenido en altura. Portábamos algún que otro miedo… ¿nos cazaría el mal de altura?.