domingo, 6 de diciembre de 2009

El ascenso I


(…) Como tres inconcebibles ofrendas sobre aquella majestuosa mesa de altar, tres toros de lidia pastando entre glaciares, consagrados por la libertad del indulto y su vuelta al redil (…). Sollocé por la carencia de oxígeno… Exonerado por el Kibo posiblemente me brillaron los ojos (…)

Barranco wall es el último de los obstáculos antes de quedarse a una jornada de la gran cima. Aquella enorme pared negra cabalgada por cada una de aquellas pequeñísimas y trabajadoras hormigas que conformábamos en procesión una magnífica carabana hacia las estrellas. Escarpada pero cómoda resulta fácil de cruzar en un par de horitas para salir de la barrancada y plantarse en un estrecho hombro que conduce al último de los campos de altura: Barafu camp, un verdadero balcón desde donde poder observar los campos de caña de azúcar al otro lado de la frontera en Kenya. Sobrecogedor y la mejor de las vistas sobre Mawenzi, escarpado y dentado volcán por encima de los 5.ooo mts.
Sobre los 4.6oo de Barafu resulta complicado conciliar el sueño, mientras deambulo por el campo, apostado en una roca me dejo mimar por la espectacular cosmovisión, nunca ví las estrellas tan densamente agrupadas y claras. Cortado por el frío que ya ni siento, observo mi tienda iluminada como un farolillo chino, humea el vapor del té y el sabor de la felicidad, al fin y al cabo… estoy en casa, la montaña es mi casa y nada me ha podido apartar de ella ni tan siquiera aquellas nueve noches de hospital de hace ya… dios sabe cuánto tiempo. Ahora desde esta piedra miro hacia atrás y veo mucho, no demasiado aún… pero mucho. Veo momentos, islas y paises, veo escaladas, veo montañas… barrancos, ascensos, descensos… y gente, lo más importante mucha gente. Detrás de nosotros había muchas almas, a siete mil kilómetros de allí hubo mucha gente que aquella noche la pasó en vela aguardando una señal de vida, no diré de triunfo… En Monóvar, Villena, Alicante, Guardamar, Granada, Elche…, en Zaragoza, Bilbao… en Honduras, Marruecos, Inglaterra, Malta y Chile. Aquel atardecer me llevó sobre las seis de la tarde a mí saco para levantarme a las doce de la noche sin dormir nada, la altura no me lo concedió.
Tras una corta reunión de grupo garabateamos el ascenso en el suelo y distribuimos en tres pequeñas mochilas lo básico; agua caliente para evitar que se congeláse, alimento y repuesto de abrigo. Aquella noche parecíamos ser perros de presa que estaban a punto de soltar, el día ” D “ había llegado, después de unos cuantos años y con la luz del candíl de nuestros frontales emprendimos peregrinaje entre la más espectacular noche que he tenido en altura. Portábamos algún que otro miedo… ¿nos cazaría el mal de altura?.

3 comentarios:

  1. La verdad es que de las columnas que llevas escritas ésta es probablemente una de las más emotivas. Se percibe cierta tensión, como si de la víspera de una batalla se tratara, atentos al siguiente paso, cautivos, perdidos...pero finalmente lográndolo.

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  2. La madrugada del sábado pasado Iker Jiménez puso en la atmósfera del misterio las proezas de Shakcleton. A bordo del Endurance desembarcó en la Antártida para explorar el polo sur y sentir esa tercera presencia de la que otros montañeros han hablado, y de la que han recibido fuerzas. A ello Iker le saca partido aportando su narrativa espléndida. Escucha el relato mediante google, Iker Jiménez Cadena Ser. Un saludo.

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  3. Mediocre mortal al habla...
    El pasado enero vino a Alicante una exposición con material fotográfico de la gran expedición a la Antártida amigo anónimo.Una espectacular lucha por la supervivencia más aún si tenemos en cuenta que Shakcleton dejó a parte de sus hombres en isla Elefante para años después volver a por ellos.Sobrevivieron todos en uno de los mayores hitos de la supervivencia. Patagonia sur está en la agenda

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