miércoles, 25 de noviembre de 2009

El robin de cuello blanco


(...)Amanece(...).
Embutido en mi saco escucho un chasquido en la antesala de la tienda, hace bastante frío y comienzo a desahacer la cremallera de la funda vivac antes de hacer lo própio con la del saco. Pedaleaba por Ibiza creo ...o era Guardamar...El termómetro debe estar unos grados bajo cero y la niebla mantiene húmedo el sobretecho, mientras descongelo mis sueños y asomo entre la tienda.
-Corbí... que se lo lleva!!


El Robin de cuello blanco es un ave de importante envergadura, de no ser porque su pico parece más el de un tucán diría que se asemeja a un cuervo. Desplegadas sus alas deja ver un vuelo rapaz, preciso, casi un paso de baile que se cierne sobre Barranco camp y Karanga camp. Al pasar la cremallera encuentro la mochila abierta, un plástico totalmente vacio junto a un papel de celofán y restos del envoltorio de nuestro preciado turrón alicantino, envasado al vacio … -No puede ser ¡¡¡¡. No doy crédito. Termino de correr la atascada cremallera para toparme de bruces con una escena que bién podría ser un fotograma de Alfred Hisckot. Un robin entre los muchos que sobrevuelan intenta alzar el vuelo con una pastilla entera de turrón entre el azabache pico, (reitero..entera). No es navidad pero parece importarle poco al ave que porta tan jugoso manjar y no muestra interés en querer desprenderse de él pese al ataque de un humano. Entre la espesa niebla, el antihéroe de está película descompasada en tiempo real, tropezón tras tropezón parece ir a su caza. El Robin continua por su pista intentando alzar el vuelo, de salto en salto que le devuelve a tierra cada dos golpes de ala… Endereza el turrón que parece caer y en un deroche de energía despega ante la mirada atónita de los presentes. Se acaba de llevar nuestro preciado tesoro, un Antiu Xixona de siete euros, una bomba calórica que dudo haya probado jamás ninguna de estas aves y que espero comparta con sus poyuelos. La botella isótónica de acuarius no se la ha llevado, nuestro Bourdeaux de altura sigue sin descorchar. Entre nosotros convergen las miradas mientras Abbel y Agush se rien por lo ocurrido a carcajada ancha y no es para menos. Parece no sorprenderles demasiado, estas aves deben ser unas especialistas en este tipo de hurtos. Nos alertan de que en ocasiones han llegado a llevarse cámaras de los montañeros mientras colocaban el sensor de tiempo para hacerse una fotografía en automático.
El día comienza helado rumbo al Lava tower (4.600) que coronamos para continuar con nuestra aclimatación, perfecta hasta el momento. Desde allí una soberbia vista de los glaciares, el Arrow en primer plano y las Western breach ( una vía alpina que se ha cobrado alguna víctima, cerrada durante años), nos hacen tomar conciencia de hacia donde vamos, de lo que nos queda... Por encima de los 4.500 mts el aire se enrarece y las noches pasan a ser un suplicio en vela.
A dos lunas del ascenso, a casi 4.000 mts..., durante el último té, a la luz de un candil, pendiente de lo que nos quedaba por delante, escribí unas líneas tintineantes en un trozo de papel humedo por el agua-nieve de la noche anterior. Aquellas líneas sin barnizar viajaron hasta el Albaicín de Granada...

4 comentarios:

  1. Esos animales son un ejemplo de supervivencia, parte del itinerario que has de recorrer, y de los cuales debes aprender. Ciertamente se asemejan a un gran cuervo, cuya presencia necesariamente ha de significar algo para el viejero que lo ve. El augurio romano descansa en las montañas.

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  2. Hola pablo seguimos tus mensajes cortos y distantes pero llenos de contenido y nos sentimos orgullosos de tí por tu espíritu aventurero y calidad humana. besos de tus tios y primos

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  3. Te admiramos como montañero, qué duda cabe, sin embargo algunos aún aguardamos verte en esa otra faceta más relacionada con el medio marítimo, del cual no eres ajeno. Fue cuando vi ese anuncio de Massimo Dutti Sport, con el modelo Travis Davenport y otros posando sobre la cubierta, entonces creí oportuna hacerte la sugerencia.
    El Primer Anónimo

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  4. Al habla un mediocre mortal...
    Cierto es que guardo una pasión no escondida por ese medio acuoso de jugo salado, primer anónimo y a juzgar por sus palabra intuyo me conoce bién. En él me he criado, probablemente con usted y de él provengo como reza en mí pasaporte de irredento Mediterráneo. Me ha regalado las más jugosas puestas de sol, atardeceres y lunas... Sugiéraseme pues, no podré negar por respuesta.

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