domingo, 22 de noviembre de 2009

Twende... twende


El parque nacional del Kilimanjaro, baste nombrar su inclusión como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, queda batido por 75.400 hectáreas que incluyen sabana, bosque tropical y un desmesurado paisaje alpino.
Las primeras etapas en la acometida resultan ser suaves con un clima exquisito y una humedad relativa, teniendo en cuenta que estamos al final de la estación seca y que octubre es el mes de transición a la humeda. Las sendas de acceso permiten un desarrollo lento y pausado entre la frondosa vegetación que nos arrastra al primero de los campos. En cada uno de ellos se firma un registro, que a mí me sabe a esa “fe de vida” solicitada año tras año por los jubilados españoles que vendimiaron en Francia y que les acredita como vivos para continuar cobrando de las arcas galas.
Así pues el primero de los días se duerme ya en altura .Después de más de cuatro años entre el pirineo y sierra nevada por encima de los tres mil, es ésta una altura cómoda, algo menos para los no acostumbrados… Pero la gran diferencia entre España y Tanzania estriba en la vegetación, ausente por encima de los 2.500 para nuestra península. No se observa más vegetación que matojos de altura, mientras que en las swhahilis abundan todavía las lianas. Eso se traduce en oxígeno, comodidad y un hematocrito alto, genial para caminar.
Entre charangas Chagas, swhailis y masais los aparatosos transistores de los porteadores retumban con sonidos que incitan al movimiento, sus cuatro tiempos musicales marcan el paso de los porteadores que parecen funcionar a pilas, si la radio para ...ellos también. Resulta increíble el trabajo de estos hombres, si bien es cierto que algunos grupos parecen llevar sobrecarga….Me pregunto porqué se suben tiendas comedor, grupos ataviados de sillas, tableros... y pesadas estructuras metálicas. Sinceramente creo que nuestro grupo de porteadores debió ser de los más ligeros puesto que disfrutaban de diálogos, sonrisas y cuando un tanzano no habla o no muestra su blanca dentadura...es que algo no funciona. Otros grupos avanzaban con caravanas de exhaustos porteadores, cargados hasta el tope. Pese a que una ley obliga a que cada porteador no puede dobrepasar los 20 kilos, se vulnera y una vez dentro se vuelven a sobrecargar con sobrantes que pueda llevar otro.
Es la primera vez que veo a dos "montañeros" sentados en dos cómodas sillas cenando a estas alturas con un candil a la luz de la luna. -¿Llevarán porcelana fina?. No me extrañaría nada, en ese momento pienso si sus porteadores habrán subido con exceso de peso o no, vulnerado los controles de la ONG controladora... En fin el dinero mueve montañas, nunca mejor dicho, si pagas te suben lo que quieras. Prueba de ello; dos semanas antes un magnate ruso poseedor de un equipo de fútbol intentó la acometida al Kilimanjaro, un capricho que pudo costarle muy caro. Debió pensar que era un Sultán de la antigua Omán y no un zar de palacio de invierno, al llevar consigo 130 porteadores, médicos particulares,una suit portátil...Ni que decir tengo que no subió… ni pagando. Cayó enfermo cazado por el mal de altura y hubo de ser evacuado. Antes de alcanzar el Barranco camp, escucho cuchichear en inglés a un grupo de guías que comentan lo ocurrido junto a unos montañeros.Escarbo entre mi mochila...ni tan siquiera sé donde está mi póliza internacional que además no me cubre en montaña. Sólo una tasa de rescate pagada en la entrada (rescue fee) me sacaría de aquí en un viejo helicóptero, después de bajarme en una carretilla por estos escarpados caminos. Quizá sea peor el remedio que la enfermedad.

Las reacciones del cuerpo en altura son bién diferentes de las manifestadas a cotas bajas. A mayor altura menos oxigeno, fácil ecuación, por lo que el cuerpo humano necesita de un proceso de adaptación a la altura conocido como aclimatación. Puesto que la concentración de oxigeno es menor llega a nuestro cerebro menos cantidad de O2.Solución: nuestro organismo en altura genera un mayor número de glóbulos rojos, transportadores de oxigeno. Más glóbulos rojos implica más oxigeno. En este proceso la hidratación juega un papel decisivo para aclimatar. El corazón aumenta las pulsaciones, bombea más sangre y oxigena el cerebro. Imaginen a un corredor con una bufanda tapándole la boca, no tendrá suficiente con una bocanada de aire puesto que la bufanda no le permite coger el oxigeno que necesita. De igual o parecida forma actúa la altura sobre nuestros pulmones.
Después de meses descargando cursillos de medicina de altura por internet, haciendo uso de los foros precisos a cerca de los planes de aclimatación y una pequeña charla informativa decisiva con el médico de guardia de sanidad exterior, convierto mi tienda en un dispensario médico donde son atendidas las cefáleas y dolores musculares de algunos de nuestros porteadores y equipo. Mis enfermeros...Pablo y Clemente encofiados con gorros del Perú hacen de nuestra tienda una sanidad de campaña sin listas de espera, rápida, efectiva y gratuita, que cada noche deja listos entre ronquidos y pocos quejidos a los guerrilleros.
Son las 6.OO de la mañana. –TWENDE, TWEDWE… (vamos)… toque de diana con el primer rayo de sol.
-KUPANDA MLIMA... (vamos a escalar).

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