lunes, 9 de noviembre de 2009

Mar de lava


(…) A nadie se le presenta la aventura cuando se le ha llamado …salvo que se trate de un excepcional elegido (…) como el excelso Don Quijote de la Mancha …Nosotros los mediocres mortales somos escogidos por la aventura (…)

Joseph Conrad.

Cada cual busca al gigante que ha de batir y pese a que en tierras más remontas a las manchegas no hay trigo que trillar, ni grano que moler… si gigantes que escalar. De divino nombre enrevesado como un arpegio, el lomo desprendido del original cráter Meru se alza entre polvo de ceniza y roca desdentada. El cráter originario lo conforma una circunferencia perfecta que se desprendió dejando media herradura oscilante cuando alcanzó su punto álgido a los 4.566 mts. Pero hubo un “más temido” Goliat que en la tierra de los dioses y de las llanas estepas masais quiso acariciar el sol y entre erupciones quedar como el punto alzado más cercano al sol, Kilimanjaro. Tanzania es un regalo de la diosa tierra por el que he caminado casi un mes, pero sin armadura, ni libros de caballería… sí con escuderos, a decir verdad los tres hemos sido escuderos de los tres y no ha habido caballero alguno de la Mancha pese a que algunos tenemos sangre manchega.
Nuestra endiablada lanza la formaron Ramadam, Shardrac,Agush, Abbel … la cuchara y hornillo de Paulo... Un equipo de diez personas plus nosotros que completamos trece moviendonos por las quebradas y barrancos. Fueron el mejor de los equipos, hicieron un trabajo durísimo, excepcional y nos empujaron a hollar cima. Las alforjas de nuestros rocinantes rebosaban de manjares que parecían traídos desde Persia. No quise saber de sus artes tras el yantar, estos magos debieron salir de las entrañas de la tierra con la formación de la montaña.
Nunca he comido tan bien en el monte como en Tanzania, exceptuando el descenso del Meru(el cual ascendimos cinco días antes para terminar de entrenar el kilimanjaro). Nuestra ansia canina acabó con todo lo que porteábamos. El último de los días nos vimos obligados a racionar entre tres un mínimo trozo de lomo´, ibérico eso sí, y dos diminutas latas. Apenas comimos nada en más de 24 horas, escasos de agua también, pues el Meru no ofrece muchas posibilidades de hidratación tampoco … En Arusha asaltamos el restaurante del Bacpacker´s con cinco platos para tres nada más alcanzar la ciudad. Ese fue el inicio del ascenso al Kili… ya recuperados.

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