sábado, 19 de diciembre de 2009

Nos vemos ...


(...) Me convertí en lo que soy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1.975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe (...)



Así comienza la novela "Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini. Yo no sé bién cuando me convertí en lo que soy, puede que aún no lo sea... o me esté sometiendo a una catarsis. Caminar ofrece a los sentidos la oportunidad de sentir la tierra bajo tus pies. Pisar la irregularidad de la corteza terrestre es uno de los mayores placeres, embriaga y crea una bendita adicción. Cada paso es una ganancia, permite observar en primer plano, escuchar y dudar, oler ... Viajar conforma las bases del conocimiento empírico y desata la versatilidad del interlocutor, provoca un estado de eufória único que desata el estadio salvaje del individuo. Existe una amplia literatura que sólo puede conducirte, orientarte o mostrarte el camino, sin embargo se torna insuficiente desde el momento en que comienzas a pisar las lineas rojas que antes trazaste con un rotulador sobre un mapa y tu pequeñez se diluye en el mundo.

Quise hacerlo y compartirlo con mí gente de la manera más directa que pude.



Con mis padres y hermanos Mario y Aure por cada mensaje de empuje sobre lo que significaba el Kilimanjaro, un proyecto que por razones a veces inesperadas se fue posponiendo. Con mi tía Mariló y mí tio José Antonio, moteros, montañeros... con quién me une además una relación de amistad. Con la familia Molina... mis primos Angel David, José Fran, Beatriz que pronto será mamá...Con la cúpula de la FNAC de Alicante Paco y Javi. Con América que está de enhorabuena. Con los miembros de la banda Silinká de la que soy percusiniosta junto a Bakús, Luismi, Quim...las voces de Estibaliz y Susana. Con los integrantes de la asociación de cooperación al desarrollo en Senegal Kumarela Kumo: Martita, sus chicas and company. Con Jorge Chile, con Melanie en Malta y Ian en Inglaterra. Con mi gente de Guardamar: Gaby,Graci, Edu, David y María, Rosa, María, Ceci, Mercedes, Virginia... Con Mayra y mí ahijado Mario (que sale a la montaña desde los dos meses) en Villena, con Elena en Zaragoza, con Bernard en Bilbao(...) Con mí abuela que siempre me pregunta dónde será la próxima mientras ella cumple años. Con José Manuel en Ibiza, Antonio en Mallorca... Con mis amigos de Monóvar: Iván, Zaira, Antonio, Eva, la pequeña Alba, Miguel, Sandra, Manolo, Carlos ... Con Albert en Barcelona por tener siempre listas un par de cuerdas y una cesta para recoger "bolets" y Edu que acaba de dar la vuelta al mundo. Con la sección Elche Vero, Fran, José, David...Con Javi de vuelta dando caña en las artes escénicas, Ferre más fuerte que nunca en roca, con Laura por estar siempre y por su calidad humana... Con Alex en Granada; africanista, reportero y activista cultural, por su trayectoria como viajero de la que tengo muchísimo que aprender... por su apoyo, empuje y colaboración, estuvo con nosotros en la cima. Con nuestro equipo de porteadores, guías y cocinero en Tanzania: Paul, Ramadan, Shardrac, Abbel, Agush ..., con nuestros amigos sombra de Arusha, con Goodluck ranger del Meru. Con Bob y Marley que nos alimentaron en la paradisiaca isla de Zanzibar a base de pescado fresco y salsa de coconut ( un manjar ). Con nuestros amigos los masais en la playa de Kwendua. Con Bru, Ana y Carles Beni que utiliza mis fotografías para ilustrar sus clases de historia y geografía en el Instituto. Con todos los viajeros encontrados por el camino en cualquier rincón de Tanzania, con Stephe de Inglaterra, con Mariela de Brasil, con los belgas ...Pablo de Argentina y su esposa (...). Con todos los que hayais cabalgado las temblorosas líneas de este blog.


Desde la factoría lo comparto con todos.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Paso a paso, piedra a piedra, pluma a pluma...


El altímetro ya marcaba los 5.ooo cuando un escalofrío me recorrió el espinazo. Paso a paso, piedra a piedra, pluma a pluma ...como cantaba Neruda.
Una parada técnica, Pablo se detiene, necesita tomar aire mientras yo despiezo una acartonada caja de edemox, grajeas para el mal de altura. Saco una y se la doy, 250 mg. Hemos perdido de camino al asistente de guía aquejado por los efectos de la altura ... Pensamos que Agush fumó marihuana en exceso la noche anterior al ascenso. Vendidos por la imprudencia de uno de nuestros guías bién sabíamos que en montaña cualquier incidencia puede pagarse muy cara. Marchábamos ahora con un "guía" de menos y Pablo aquejado ( él sí ostenta el título de montañero).
Después de un descanso me pego a Pablo como un chicle y no ceso de animarle. Clemente hace lo própio también pero claro está, - Nuestra seguridad es lo primero y si nos tenemos que bajar..., nos volvemos por dónde hemos venido.
Nunca olvidaré el gesto en el rostro de Pablo sentado sobre una piedra. Se alzó y mirándonos a Clemente y a mí nos dijo que continuábamos, que él de allí no se bajaba. Desde ese momento nos pusimos como motos y trabajando el ascenso nos plantamos en el borde del cráter a 5.800 mts. sobrepasado desde hacía mucho nuestro techo con Pablo totalemente recuperado para hacer una última parada de cinco rigurosos minutos ya que estabamos helados, los pies como témpanos de hielo. El sol no había salido todavía, debíamos avanzar y poner en práctica nuestros años de experiencia en montaña comenzando a caminar con un ligero mareo que no nos robó más que el equilibrio por unos momentos. La borrachera de altura tampoco nos dejó hablar mucho en el momento que caminabamos sobre los últimos metros hacia el punto más alto de un contienente, el africano. Me pregunto que sensaciones debió tener Hans Meyer allí arriba, pionero del Kilimanjaro. Qué visión tuvo del cráter rodeado por los inmensos glaciares de los que yo solo gocé en su remanente.
UHURU PEAK TANZANIA 5.895 M.
AFRICA´S HIGHEST POINT
WORLD´S HIGHEST FREE STANDING MOUNTAIN.

Nos quedó aire de sobra para una carcajada en el momento que nos abalanzamos los unos sobre los otros para fundirnos en un abrazo. - Estamos aquí Corbí ¡¡¡¡, Pablo!!! (...),gritaba el gran Clemente. Y cierto, así fue..., lo alcanzamos y gozamos de su soledad al ser el primero de los grupos en llegar piedra a piedra, pluma a pluma..., un 12 de octubre, día de la hispanidad, el mismo en que la primera de las embarcaciones de Colón avistó tierra en el nuevo contienente. Levanté yo tambíen mí bastón en busca del oeste, para señalar hacia los Andes ...

domingo, 6 de diciembre de 2009

El ascenso I


(…) Como tres inconcebibles ofrendas sobre aquella majestuosa mesa de altar, tres toros de lidia pastando entre glaciares, consagrados por la libertad del indulto y su vuelta al redil (…). Sollocé por la carencia de oxígeno… Exonerado por el Kibo posiblemente me brillaron los ojos (…)

Barranco wall es el último de los obstáculos antes de quedarse a una jornada de la gran cima. Aquella enorme pared negra cabalgada por cada una de aquellas pequeñísimas y trabajadoras hormigas que conformábamos en procesión una magnífica carabana hacia las estrellas. Escarpada pero cómoda resulta fácil de cruzar en un par de horitas para salir de la barrancada y plantarse en un estrecho hombro que conduce al último de los campos de altura: Barafu camp, un verdadero balcón desde donde poder observar los campos de caña de azúcar al otro lado de la frontera en Kenya. Sobrecogedor y la mejor de las vistas sobre Mawenzi, escarpado y dentado volcán por encima de los 5.ooo mts.
Sobre los 4.6oo de Barafu resulta complicado conciliar el sueño, mientras deambulo por el campo, apostado en una roca me dejo mimar por la espectacular cosmovisión, nunca ví las estrellas tan densamente agrupadas y claras. Cortado por el frío que ya ni siento, observo mi tienda iluminada como un farolillo chino, humea el vapor del té y el sabor de la felicidad, al fin y al cabo… estoy en casa, la montaña es mi casa y nada me ha podido apartar de ella ni tan siquiera aquellas nueve noches de hospital de hace ya… dios sabe cuánto tiempo. Ahora desde esta piedra miro hacia atrás y veo mucho, no demasiado aún… pero mucho. Veo momentos, islas y paises, veo escaladas, veo montañas… barrancos, ascensos, descensos… y gente, lo más importante mucha gente. Detrás de nosotros había muchas almas, a siete mil kilómetros de allí hubo mucha gente que aquella noche la pasó en vela aguardando una señal de vida, no diré de triunfo… En Monóvar, Villena, Alicante, Guardamar, Granada, Elche…, en Zaragoza, Bilbao… en Honduras, Marruecos, Inglaterra, Malta y Chile. Aquel atardecer me llevó sobre las seis de la tarde a mí saco para levantarme a las doce de la noche sin dormir nada, la altura no me lo concedió.
Tras una corta reunión de grupo garabateamos el ascenso en el suelo y distribuimos en tres pequeñas mochilas lo básico; agua caliente para evitar que se congeláse, alimento y repuesto de abrigo. Aquella noche parecíamos ser perros de presa que estaban a punto de soltar, el día ” D “ había llegado, después de unos cuantos años y con la luz del candíl de nuestros frontales emprendimos peregrinaje entre la más espectacular noche que he tenido en altura. Portábamos algún que otro miedo… ¿nos cazaría el mal de altura?.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El robin de cuello blanco


(...)Amanece(...).
Embutido en mi saco escucho un chasquido en la antesala de la tienda, hace bastante frío y comienzo a desahacer la cremallera de la funda vivac antes de hacer lo própio con la del saco. Pedaleaba por Ibiza creo ...o era Guardamar...El termómetro debe estar unos grados bajo cero y la niebla mantiene húmedo el sobretecho, mientras descongelo mis sueños y asomo entre la tienda.
-Corbí... que se lo lleva!!


El Robin de cuello blanco es un ave de importante envergadura, de no ser porque su pico parece más el de un tucán diría que se asemeja a un cuervo. Desplegadas sus alas deja ver un vuelo rapaz, preciso, casi un paso de baile que se cierne sobre Barranco camp y Karanga camp. Al pasar la cremallera encuentro la mochila abierta, un plástico totalmente vacio junto a un papel de celofán y restos del envoltorio de nuestro preciado turrón alicantino, envasado al vacio … -No puede ser ¡¡¡¡. No doy crédito. Termino de correr la atascada cremallera para toparme de bruces con una escena que bién podría ser un fotograma de Alfred Hisckot. Un robin entre los muchos que sobrevuelan intenta alzar el vuelo con una pastilla entera de turrón entre el azabache pico, (reitero..entera). No es navidad pero parece importarle poco al ave que porta tan jugoso manjar y no muestra interés en querer desprenderse de él pese al ataque de un humano. Entre la espesa niebla, el antihéroe de está película descompasada en tiempo real, tropezón tras tropezón parece ir a su caza. El Robin continua por su pista intentando alzar el vuelo, de salto en salto que le devuelve a tierra cada dos golpes de ala… Endereza el turrón que parece caer y en un deroche de energía despega ante la mirada atónita de los presentes. Se acaba de llevar nuestro preciado tesoro, un Antiu Xixona de siete euros, una bomba calórica que dudo haya probado jamás ninguna de estas aves y que espero comparta con sus poyuelos. La botella isótónica de acuarius no se la ha llevado, nuestro Bourdeaux de altura sigue sin descorchar. Entre nosotros convergen las miradas mientras Abbel y Agush se rien por lo ocurrido a carcajada ancha y no es para menos. Parece no sorprenderles demasiado, estas aves deben ser unas especialistas en este tipo de hurtos. Nos alertan de que en ocasiones han llegado a llevarse cámaras de los montañeros mientras colocaban el sensor de tiempo para hacerse una fotografía en automático.
El día comienza helado rumbo al Lava tower (4.600) que coronamos para continuar con nuestra aclimatación, perfecta hasta el momento. Desde allí una soberbia vista de los glaciares, el Arrow en primer plano y las Western breach ( una vía alpina que se ha cobrado alguna víctima, cerrada durante años), nos hacen tomar conciencia de hacia donde vamos, de lo que nos queda... Por encima de los 4.500 mts el aire se enrarece y las noches pasan a ser un suplicio en vela.
A dos lunas del ascenso, a casi 4.000 mts..., durante el último té, a la luz de un candil, pendiente de lo que nos quedaba por delante, escribí unas líneas tintineantes en un trozo de papel humedo por el agua-nieve de la noche anterior. Aquellas líneas sin barnizar viajaron hasta el Albaicín de Granada...

domingo, 22 de noviembre de 2009

Twende... twende


El parque nacional del Kilimanjaro, baste nombrar su inclusión como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, queda batido por 75.400 hectáreas que incluyen sabana, bosque tropical y un desmesurado paisaje alpino.
Las primeras etapas en la acometida resultan ser suaves con un clima exquisito y una humedad relativa, teniendo en cuenta que estamos al final de la estación seca y que octubre es el mes de transición a la humeda. Las sendas de acceso permiten un desarrollo lento y pausado entre la frondosa vegetación que nos arrastra al primero de los campos. En cada uno de ellos se firma un registro, que a mí me sabe a esa “fe de vida” solicitada año tras año por los jubilados españoles que vendimiaron en Francia y que les acredita como vivos para continuar cobrando de las arcas galas.
Así pues el primero de los días se duerme ya en altura .Después de más de cuatro años entre el pirineo y sierra nevada por encima de los tres mil, es ésta una altura cómoda, algo menos para los no acostumbrados… Pero la gran diferencia entre España y Tanzania estriba en la vegetación, ausente por encima de los 2.500 para nuestra península. No se observa más vegetación que matojos de altura, mientras que en las swhahilis abundan todavía las lianas. Eso se traduce en oxígeno, comodidad y un hematocrito alto, genial para caminar.
Entre charangas Chagas, swhailis y masais los aparatosos transistores de los porteadores retumban con sonidos que incitan al movimiento, sus cuatro tiempos musicales marcan el paso de los porteadores que parecen funcionar a pilas, si la radio para ...ellos también. Resulta increíble el trabajo de estos hombres, si bien es cierto que algunos grupos parecen llevar sobrecarga….Me pregunto porqué se suben tiendas comedor, grupos ataviados de sillas, tableros... y pesadas estructuras metálicas. Sinceramente creo que nuestro grupo de porteadores debió ser de los más ligeros puesto que disfrutaban de diálogos, sonrisas y cuando un tanzano no habla o no muestra su blanca dentadura...es que algo no funciona. Otros grupos avanzaban con caravanas de exhaustos porteadores, cargados hasta el tope. Pese a que una ley obliga a que cada porteador no puede dobrepasar los 20 kilos, se vulnera y una vez dentro se vuelven a sobrecargar con sobrantes que pueda llevar otro.
Es la primera vez que veo a dos "montañeros" sentados en dos cómodas sillas cenando a estas alturas con un candil a la luz de la luna. -¿Llevarán porcelana fina?. No me extrañaría nada, en ese momento pienso si sus porteadores habrán subido con exceso de peso o no, vulnerado los controles de la ONG controladora... En fin el dinero mueve montañas, nunca mejor dicho, si pagas te suben lo que quieras. Prueba de ello; dos semanas antes un magnate ruso poseedor de un equipo de fútbol intentó la acometida al Kilimanjaro, un capricho que pudo costarle muy caro. Debió pensar que era un Sultán de la antigua Omán y no un zar de palacio de invierno, al llevar consigo 130 porteadores, médicos particulares,una suit portátil...Ni que decir tengo que no subió… ni pagando. Cayó enfermo cazado por el mal de altura y hubo de ser evacuado. Antes de alcanzar el Barranco camp, escucho cuchichear en inglés a un grupo de guías que comentan lo ocurrido junto a unos montañeros.Escarbo entre mi mochila...ni tan siquiera sé donde está mi póliza internacional que además no me cubre en montaña. Sólo una tasa de rescate pagada en la entrada (rescue fee) me sacaría de aquí en un viejo helicóptero, después de bajarme en una carretilla por estos escarpados caminos. Quizá sea peor el remedio que la enfermedad.

Las reacciones del cuerpo en altura son bién diferentes de las manifestadas a cotas bajas. A mayor altura menos oxigeno, fácil ecuación, por lo que el cuerpo humano necesita de un proceso de adaptación a la altura conocido como aclimatación. Puesto que la concentración de oxigeno es menor llega a nuestro cerebro menos cantidad de O2.Solución: nuestro organismo en altura genera un mayor número de glóbulos rojos, transportadores de oxigeno. Más glóbulos rojos implica más oxigeno. En este proceso la hidratación juega un papel decisivo para aclimatar. El corazón aumenta las pulsaciones, bombea más sangre y oxigena el cerebro. Imaginen a un corredor con una bufanda tapándole la boca, no tendrá suficiente con una bocanada de aire puesto que la bufanda no le permite coger el oxigeno que necesita. De igual o parecida forma actúa la altura sobre nuestros pulmones.
Después de meses descargando cursillos de medicina de altura por internet, haciendo uso de los foros precisos a cerca de los planes de aclimatación y una pequeña charla informativa decisiva con el médico de guardia de sanidad exterior, convierto mi tienda en un dispensario médico donde son atendidas las cefáleas y dolores musculares de algunos de nuestros porteadores y equipo. Mis enfermeros...Pablo y Clemente encofiados con gorros del Perú hacen de nuestra tienda una sanidad de campaña sin listas de espera, rápida, efectiva y gratuita, que cada noche deja listos entre ronquidos y pocos quejidos a los guerrilleros.
Son las 6.OO de la mañana. –TWENDE, TWEDWE… (vamos)… toque de diana con el primer rayo de sol.
-KUPANDA MLIMA... (vamos a escalar).

viernes, 13 de noviembre de 2009

Fuego amigo



Machame camp 3.000 mts, Shira camp 3.800 mts., Barranco camp 3.976 mts., Karanga camp 3.995 mts.,Barafu camp 4.673 mts.,Kilimanjaro…5.895 mts.

Los occidentales yermos de devoción religiosa al menos deberíamos pararnos una vez en la vida a iniciar una peregrinación espiritual de religiosidad interna con un “dios” al que uno mismo ponga nombre, y visitarlo en su santuario. Presentar una ofrenda, una oración o verso... que no ha de ser protocolario. Rascar ese lugar sagrado de la tierra para uno, agarrar una piedra, sentir la tierra del camino, polvo o ceniza … ofrecerle algo, desde un suspiro a unas palabras que retumben en la nada y hagan eco en el alma, escuchar su silencio y sentir el destino.

Los nombres que describo en las primeras líneas conforman los cinco campos de altura establecidos por la ruta Machame para el ascenso al Kilimanjaro. Y la única manera de acceder a ellos es pagando 750 USD en concepto de tasas que van a parar a las arcas del estado tanzano que deja muy reducidos los honorarios de porteadores, guías y cocinero, el margen del beneficio no supera los 300 dólares a repartir entre todo el equipo. En Machame gate hago cola mientras charlo con un grupo de americanos que han llegado en una especie de bus todoterreno, un híbrido capaz de romper el asfalto si se acaba la carretera. A mí izquierda todavía aparcado el dalla dalla que nos ha traído, una furgoneta tipo vanette llena de pegatinas sobre Dios y Bob Marley, bonita conjunción y que yo señalo con orgullo. Vinimos trece hago saber, más uno que subimos de camino y que más que romper la carretera parecía que la carretera fuese a romperla a ella.
De camino compramos gas, pollos, verduras … huevos, pescado… - ¿Vamos a escalar o nos llevan a un banquete?... Lo mejor de Tanzania es que nunca sabes hacia dónde vas, si vas a llegar..., ni con quién… pero siempre sale bien, das rodeos por aquí y por allá … hasta perder el norte, que siempre te señala alguna de las autoridades fusil reglamentario en mano, aunque no me confiere mucha confianza hablar con alguien que porta una recortada, siempre acaba por apuntarte en una de las maniobras para señalarte la dirección por la que preguntas.
Resulta más que curioso el gusto de las autoridades nacionales por mostrarse superiores, tal que no se conforman con enfundar un revólver al cinto sino que prefieren utilizar pesadas metralletas y en algunas ocasiones rifles.En la puerta de un céntrico banco de Arusha un segurata portaba un rifle que parecía una pértiga, me pregunto como piensa levantar eso si debiese utilizarlo, -¿y apuntar…?, eso debe ser otro cantar, pero cuanto mayor sea el arma… mejor, más intimida.En Tanzania, el tamaño parece que sí importa y mucho. En la oficina postal más de lo mismo, quizás me lleve a uno y lo ponga en la puerta de la mía cuando vuelva a España, seguro que me ahorra muchos quebraderos de cabeza. No son menos los rangers del parque armados con estos aparatejos que te asaltan para firmar los registros de entrada y después los de cada campo que se alcanza. Bromeo con uno de ellos y le pregunto para que sirven … ¿ los utilizan contra los que se sienten cansados y no quieren subir…?, pero parece que el chiste no sienta demasiado bién y me pierdo en una tímida sonrisa.
Lo más impresionante del camino una vez en el Parque Nacional del Kilimanjaro es el contraste de paisajes. Se atraviesa un bosque tropical magníficamente húmedo donde los líquenes gigantes campan entre las cortezas de los árboles, lo cual denota una ausencia casí absoluta de polución que mis pulmones agradecen puesto que Arusha y Moshi son verdaderos hervideros de aceite y humo. En ocasiones a uno le cuesta coger aire puro en las ciudades. Vehículos con aceite revenido y una desmesurada emisión de Co2 provocada por el plomo de los combustibles pintan de oscuro el paisaje ciudadano. Fomentar una adecuada conciencia ecológica debe ser más económico que importar esas aparatosas armas que apuntan a todas partes y donde uno puede ser blanco fácil de un “ fuego amigo” por Kituone Road.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Mar de lava


(…) A nadie se le presenta la aventura cuando se le ha llamado …salvo que se trate de un excepcional elegido (…) como el excelso Don Quijote de la Mancha …Nosotros los mediocres mortales somos escogidos por la aventura (…)

Joseph Conrad.

Cada cual busca al gigante que ha de batir y pese a que en tierras más remontas a las manchegas no hay trigo que trillar, ni grano que moler… si gigantes que escalar. De divino nombre enrevesado como un arpegio, el lomo desprendido del original cráter Meru se alza entre polvo de ceniza y roca desdentada. El cráter originario lo conforma una circunferencia perfecta que se desprendió dejando media herradura oscilante cuando alcanzó su punto álgido a los 4.566 mts. Pero hubo un “más temido” Goliat que en la tierra de los dioses y de las llanas estepas masais quiso acariciar el sol y entre erupciones quedar como el punto alzado más cercano al sol, Kilimanjaro. Tanzania es un regalo de la diosa tierra por el que he caminado casi un mes, pero sin armadura, ni libros de caballería… sí con escuderos, a decir verdad los tres hemos sido escuderos de los tres y no ha habido caballero alguno de la Mancha pese a que algunos tenemos sangre manchega.
Nuestra endiablada lanza la formaron Ramadam, Shardrac,Agush, Abbel … la cuchara y hornillo de Paulo... Un equipo de diez personas plus nosotros que completamos trece moviendonos por las quebradas y barrancos. Fueron el mejor de los equipos, hicieron un trabajo durísimo, excepcional y nos empujaron a hollar cima. Las alforjas de nuestros rocinantes rebosaban de manjares que parecían traídos desde Persia. No quise saber de sus artes tras el yantar, estos magos debieron salir de las entrañas de la tierra con la formación de la montaña.
Nunca he comido tan bien en el monte como en Tanzania, exceptuando el descenso del Meru(el cual ascendimos cinco días antes para terminar de entrenar el kilimanjaro). Nuestra ansia canina acabó con todo lo que porteábamos. El último de los días nos vimos obligados a racionar entre tres un mínimo trozo de lomo´, ibérico eso sí, y dos diminutas latas. Apenas comimos nada en más de 24 horas, escasos de agua también, pues el Meru no ofrece muchas posibilidades de hidratación tampoco … En Arusha asaltamos el restaurante del Bacpacker´s con cinco platos para tres nada más alcanzar la ciudad. Ese fue el inicio del ascenso al Kili… ya recuperados.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Tanzania



Pese a que no responde al orden original, dejé para el final de las lecturas El Sueño de África,puesto que se adaptaba mejor a lo que iba a ser nuestro viaje en Tanzania y con ello finalicé la trilogía de Javier Reverte sobre esta bella tierra.

… Tanzania es uno de los países más sorprendentes y hermosos de la tierra, posee un tesoro del que muy pocos países del mundo pueden alardear: grandeza…

…Junto a las barrancadas abismales del valle del Rift, ante el soberbio trono del Kilimajaro, en los bordes del cráter del Ngorongoro, en las sabanas salvajes del gran Serengueti y en las playas nacaradas de Zanzibar, el alma acata con reverencia animal la grandeza del mundo…

Tanzania es el país menos recomendable para un turista convencional, lo cual lo convierte en un país aún más apetecible…

A Tanzania no deben ir más que aquéllos occidentales que desconfían del orden occidental y de los dioses de occidente…

Javier Reverte.

Después de su lectura a uno se le van las ganas de comprar una guía, pero la descripción histórica y paisajística e incluso espiritual no me sacarán de un apuro al llegar a Dar es Salam o Arusha y buscar un hotel, así que al final la compré, siempre ayudan estas vagas referencias pese a que el alma fluya místicamente entre descripciones y en un momento de euforia uno se sienta capaz de cualquier cosa, cuando esa mística euforia pasajera deja de fluir, la Lonely no es una mala compañera de viaje nunca. Así que incluí en mi equipaje 350 g más en concepto de “guía” si es que se le puede llamar así y dejo un remanente de tres kilos al vacio por si doy con los tesoros del rey Salomón… puesto que ya en tiempos de Marco Polo se pensaba que el tesoro provenía de la costa swahili a lo largo del Índico.
No menos se ha diferenciado este viaje por África del Este del emprendido por J.Reverte en El sueño de África, si bien recuerdo que fue hace ya unos dos años cuando leí el primero de la trilogía; Vagabundo en África, entre playa y parque que no me sirvió para otra cosa que no fuera ponerme los dientes largos. Creo que ese fue el germen de un cercano viaje a Marruecos y la consecución de un ambicioso plan que se urdió precisamente allí en tierras bereberes una fría noche cuando regresaba del monte Toubkal; el asalto al Kilimanjaro.

martes, 27 de octubre de 2009

It´s Kili time


Entre baches avanzo, premisa de todo viajero, observando esos improvisados chozos donde se vende coca cola y la estrella del marketing reza: It´s Kili time refiriéndose al producto estrella, la cerveza nacional Kilimanjaro aunque yo prefiero una Safari´s beer, con más cuerpo. Y sí cierto,es la hora del Kili porque entre esos detalles publicitarios marchaba a Machame desde donde iniciar el ascenso al techo de África.
La reina Victoria y El Káiser, parientes ambos, se repartieron África del Este de modo que cada cual quedara en posesión de una montaña. A Tanganica, actual Tanzania y colonia por entonces alemana el Kilimanjaro. A Kenya el monte Kenya, sin reparar en la ruptura provisional que ello causaría dividiendo a masais,kikuyus….
Un capricho geográfico de la administración colonial, uno más que nunca fue tema de conversación entre la Royal Society. Querían colmar su sueño africano al costo que fuera, su aventura al corazón de las tinieblas conradiano por los caminos perdidos de esta África para la que aún no encuentro definición. África es …, aún no lo sé, demasiadas cosas, tantas que no me permiten escribir una definición precisa de ella y dudo que la encuentre en un solo viaje o quizás no exista tal precisión. Para la baronesa de Blitxen, Karen de nombre, seguramente amor, amor que le llevó a relatar Memorias de África ( del original Out of Africa para los melómanos). Para Denis Finch Hutton pasión y sosiego, un espectacular coto de caza… , para Henry Stanley un campo de exploración, para el Dr. Livingstone un reto personal de fuerza interna desmedida… supongo. Y es que aquí empezó todo, en África, en la garganta de Olduvai de la que me separan sólo kilómetros donde se hallaron los fósiles humanos más antiguos de la humanidad. Me pregunto en los inicios de este mundo mientras acarreo agua por el mercado de Arusha ante un inminente corte de suministro qué nos habrá hecho África para castigarla de esta manera.
Despeja y se deja ver el último pliegue de toda una corteza continental ya en carretera en los derredores de Moshi cercana a la frontera con Kenya. El monte Kilmanjaro que me devuelve a la tierra para observar la parte trasera del dalla dalla que me trasporta junto a los guías y porteadores camino de la montaña.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Jambo!

Vaya por delante que el que suscribe no es Don Pablo ( no merece otro trato este hombre espectacular ) sino un contertulio suyo de casi siempre con el que comparte vivendas y vivencias, que no es poco, y , por qué no, espacio virtual. Ayer mismo barruntaba si estos Ulises habrían metido ya su 5 mil y pico en el macuto, si habría acompañado el tiempo, si encontraron un buen cocinero o si la ruta elegida fue la adecuada. Qué más da, pensé, lo que cuenta es el viaje como dijo Homero... de pronto ( que sincronía la nuestra) siento una vibración en el bolsillo de la chamarra, mensaje transcontinental de nuestro querido Pablo que a mi me supo como un dieciochesco telegrama del mismo Henry Stanley y que transcribo literalmente a continuación:


"Kili has been succesfully climbed bro. Heading to Ngorongoro for fauna migration. Jeep and tent ready after resting. We keep going. Jambo!"


Si ,señor!!, los pelos del brazo como escarpias amigos. Se han cobrado ya esa cima estratovolcánica, han descendido, descansado y se dirigen Ngorongoro a por otro espectaculo: las migraciones animales del Serengueti. Vida en vena. Tal cual escribo estas letras desacompasadas me emociono al pensarlo. Tomense un almax y preparen el estomago porque esto es solo el aperitivo de un banquete inmejorable.

Y para que vayais abriendo boca mientras estos viajeros y alpinistas de nivel encuentran tiempo y un lugar desde el que escribir, ahí van un par de extractos de un correo con el sello inconfundible de Pablo y referido a la llegada y preparativos para la acometida del Kilimanjaro que estoy seguro que en breve nos ampliarán los protagonistas:

"He ahorrado 200 USD al acceder de manera autónoma al parque en el que se encuentra el Meru, y el parque nos ha facilitado un Ranger, toda una referencia de información en estas tierras. Una manada de búfalos y una mano asiendo la culata del rifle que transporta me hacen desprenderme del seguro de mi mochila por si las moscas... "

"Apostado en la terraza del bacpackers hotel de Arusha, creo estar de corresponsal en una guerra ante el gentío que se agolpa en la calle al tanto de lo que ocurre a mis pies como un francotirador con su cámara..."


"...un regalo de nuestro amigo que nos ha llevado a cruzar entre 'emboinados' que parecían ir de la tomada Santa Clara a la rendida Habana... Allí estaba yo ..."



Allí estaba él, allí estaban ellos, viajeros, alpinistas, francotiradores a la caza de momentos inolvidables.Que nadie se lo pierda.




martes, 6 de octubre de 2009

KARIBU

Con una Safari's lager beer en la terraza del backpacker' s hotel de Arhusa y con el Meru _4.600 mts_ recien ascendido cerramos el trato con Lazarus el que va a proporcionarnos un guia local para ascender el monte Kilimanjaro. Tras una bateria de preguntas sobre material, tiendas... 1.000 USD cierran el trato.- #Good deal #, y un ultimo dia por delante para conseguir los ultimos enseres necesarios para la ascension de la montanya mas alta del mundo en relacion al sol, el monte Kilimanjaro, el gran kibo de los masai, un suenyo geografico que ya he avistado desde la cima del Meru al amanecer..., todo un espectaculo anaranjado mintras caminaba por las cenizas de la media herradura del crater Meru.
Quedan ya muy atras las 12 horas de vuelo, los tramites de la visa y toda esa trama sanitaria protocolaria del tropico. Ahora estoy en la antesala de los que pueden ser los 8 dias mas duros que jamas he tenido en montana y espero que los mas gratificantes,aqui en Tanzania a escasos kilometros de la garganta de Olduvai donde se encontraron los restos fosiles mas antiguos de la humanidad, el valle del RIft donde todo empezo.
El ascenso al kibo, crater principal del Kilimajaro implica una carabana de porteadores, descartada la opcion de hacer la via por cabanyas, la ruta machame con tiendas y campos de altura supone uno de los ascensos preferidos por los montanyeros en estas trierras tropicales, un ascenso en crudo.
Apuro mis ultimas horas junto a mis companyeros de ascenso Pablo y Clemente atados como perros al punto de soltar.

martes, 29 de septiembre de 2009

Un viento de revés de última hora, de esos contra los que el Gran Marco Polo me enseñó a navegar a bordo de un " cuatro veinte" en Ibiza, me ha tenido en jaque cinco días. Recuperado ya del maldito resfriado lo que siento ahora es un fuerte ardor en las venas durante la hora del almuerzo el día que empiezo a vacacionar... Creo que estoy entrando en erupción, así que un último paseo con mí ahijado Mario, unos achuchones... benditas sonrisas las de esa criatura. Justo lo que necesitamos antes de secuestrar a su padre. Con crédito de secuestradores: el tío Clemen y el padrino, servidor... para hacer despertar al padre en Tanzanía, rumbo ... dios sabe.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Senatus Populusque Romanus


Con el último bocado y un brusco trago de vino de los derredores de la Fontana di Trevi, entre adoquines y maluniformados carabinbinieris, pongo pies en polvorosa rumbo a Ciampino antes de encontrarme a Tesala aparcando su imperiosa vespa frente al Colosseo di Roma.
-Ave Paulus ...
-Ave le contesto educadamente.
-Quo vadis? ..me pregunta, pero en mi registro de latinajos ya no entra la palabra aeropuerto, así que le hago entender que un pegasus me devuelve a Hispania. Fijamente me mira ... - Hispanus Gladiator?. - No, hispanus a secas..., no estoy yo para dar machetazos ahora recién comido pese a que insiste en mi cualidad de Gladiador. Ya no sé como hacerle ver que no todos los Hispanos son toreros... Me señala con la "falcata"... Excusation non petita imputatio manifesta. Así que me despido de Tesala ante su implacable Romanus lex.
Creo que es la primera vez que llego con tiempo a un aeropuerto, por suerte Ciampino no es Barajas y me permito por una hora dar cuerda a una de mis aficiones más teatrales, observar y montarme la película mientras mi hermano busca despiadadamente un baño donde desacerse de los ravioli, requisito indispensable antes de coger un vuelo... sine quae non.
Me asalta un Romano más, otro que me quiere soltar a las fieras... -Hispano?. - Sí hispano, latino... del Mare Nostrum... también. No estoy interesado en pelear con ninguna fiera, ni con ningún toro de Vitorino. Este romano es más ligth, de amanerada pose griega y sólo se interesa por la otra parte del imperio para preguntarme sobre como son los hispanos... Pues mire usted si me lo permite le contaré una historia...
En el año 1968 España recibió un regalo desde la otra orilla del Mediterráneo. El gobierno de Egipto en compensación por los trabajos de ayuda realizados desde España para salvar el templo de Abu-Simbel durante la construcción de la presa de Asuán entregó un templo como honorario, el denominado Templo de Debó situado en la ciudad de Madrid que yo descubrí una noche por la capital casualmente a las tres de la mañana y que considero una de las joyas más preciadas de "la ciudad invivible pero insustituible ", Sabina me presta la presentación. El caso... que nos lo envolvieron para regalo, desmantelado pieza a pieza para luego montarlo aquí como un tente. Los ingenieros nos adjuntaron los planos de montaje cumpliendo con el protocolo politécnico y demás. Cuando llegó a España lo situamos de este a oeste manteniendo su orientaíón solar original. Quedó muy bonito...majestuso diría yo. Pero al encajar los bloques nos sobraron piezas. Sí, así es nos sobraron algunos sillarejos... Pues así somos los Hispanos...señor romano.
El augusto romano me pidió una fotografía de "El Templo de Debod", eso está hecho. Ahí la tiene, en mi blog bajo la cabecera del relato reflejos. Ave Agustus ... factum sum servanda.

martes, 11 de agosto de 2009

Desde la noche al día la engalanan de bulería.

Redoblan saetas ya desde Santa María,

sin derechos ni regalía a esa Santa Ermita blanca al día,

que corre de tinto y manzanilla, descalzas sus barbillas.

Sus ojos de tinta en vida a Santa Cruz destilan y mueren al alba

desnudas azules líneas.

Don Antonio...vístela de alegría, blanca y rosa al día… con tu guitarra,

esa alma mía.

De guirnaldas, flecos y lunares,

de plata, alpaca y finura,

de coñac y azabache.

Don Antonio … ; despierte usted al día de gala y piedra fina,

que su hija baile y cante…,

que su arte vista al día.

sábado, 27 de junio de 2009

Kumare la Kumo


Había hace tiempo un desdichado hombre que aguantaba sus días bajo el sol de Senegal arrastrando una terrible enfermedad que le obligaba a vivir alejado del poblado, pobre y solo. Un marabout (sabio, mago) que llevaba años observando sus desgracias, se convirtió en pájaro y se le acercó para hacerle una proposición: lo convertiría en un hombre sano, guapo y rico con la condición de que le dejara construir su nido en el árbol que plantaría en la puerta de su nueva casa. El hombre aceptó y en pocos meses se convirtió en uno de los más importantes del pueblo: tenía una casa preciosa con un gran árbol de mango en la puerta, tenía la mujer más hermosa y su primer hijo crecía feliz y sano.
Un día el pájaro que había anidado en el árbol de mango se reunió con el hombre en la noche y le dijo: “voy a hacer un largo viaje para arreglar mi plumaje con bonitas trenzas y prepararme para el nacimiento de mis polluelos. Cuida de mis huevos como si fuese tu propio hijo, a ti te los encomiendo, son lo más importante que tengo.” Así quedaron, pero el pájaro, cuidándose de las debilidades humanas, le pidió a una serpiente que vivía en aquel mismo árbol que si le pasaba algo a sus huevos enviara en su busca al pájaro mensajero del pueblo que tuviese la voz más dulce: el Kumaré la Kumo.
Y se marchó.
Al cabo de unos días, el hijo de aquel hombre logró trepar hasta la rama en la que estaba el nido y se encaprichó con los huevos. Durante días estuvo persiguiendo a su padre para que le dejara comérselos y éste, harto de los ruegos de su incansable hijo, cedió.
La serpiente, siempre atenta a los crujidos del mango, corrió a avisar a los pájaros mensajeros del pueblo. Los escuchó a todos hasta que encontró al Kumaré y lo envió en busca del pájaro mago. Muchos pueblos recorrió el Kumaré y en todos ellos se posó sobre el árbol de la plaza mayor y cantó: “el pájaro mensajero te viene a decir que te han engañado, el hombre no supo educar a su hijo y se comió tus huevos, vuelve ahora conmigo para verlo tú mismo.” Por fin encontró al pájaro mago y éste, al oír la terrible noticia, voló apresurado hacia su hogar.
Cuando llegó comprobó que sus huevos ya no estaban y, muy enfadado y triste habló al hombre: “yo te di todo lo que tienes, hicimos un trato, confié en ti y me has traicionado. Creí que habiendo vivido tan difícilmente como viviste tus años pasados sabrías apreciar lo que la vida y yo te hemos dado. Ahora, como muestra de tu propia traición, volverás a empezar tu vida de antes.”
Así fue como el hombre se vio despojado de todas sus riquezas. Así fue como aprendió que más importante que tenerlo todo es saberlo conservar, la confianza de un amigo, que en ocasiones puede ser nuestro salvador, debe mimarse y respetarse.


Por Bakary Keyta
www.kumarelakumo.es

miércoles, 3 de junio de 2009

Apocalipto


La era dos punto cero y millones de internautas en cafés, plazas o parques portátil en mano navegando estas aguas digitales menos dulces y más tranquilas que las que surcaron hace ya más de quinientos años tres carabelas de dudosa valía. No se hicieron servir de fibra óptica o satélites, ni de los modernos sistemas de navegación. Tampoco de los vuelos “low cost” sino que lanzaron un cable de unión en forma de ruta marítima que unió la vieja Europa al nuevo continente. Lo hizo un desgarbado marinero que después hizo llamarse almirante, de nombre Cristóbal.
Con el descubrimiento del nuevo continente se abrió la era de los grandes viajes transoceánicos y millares de pordioseros unos… y grandes navegantes otros se inmiscuyeron en la era de los descubrimientos geográficos. La gran era de los descubrimientos que mantuvo despierta mí atención mientras asistía a las clases de D. Alberola Romero, catedrático de la Universidad de Alicante, a quién apodábamos de forma cariñosa, el descubridor. Muchas fueron las cosas que pude descubrir durante sus clases, pero la primera de ellas fue que sus exámenes no eran tan fáciles de aprobar como pensaba.
Mi alma no hubiera vivido más de los años que tengo. La peste bubónica, el escorbuto, el tifus … me hubieran privado de sus alegrías. Así que cuando me preguntan en qué época de la historia me hubiera gustado vivir siempre contesto que con un buen “botiquín” y la máquina del tiempo dispuesta a la vuelta de la esquina para huir de un eventual ataque de los Txacaltecas, el fin del quince y el naciente que le surge no hubiera sido un mal siglo ni un mal lugar el continente que lo alberga. La prehistoria me hubiera matado de hambre, la Grecia clásica corrompido, envenenado… Roma, quizás Cartago emparentado… En Hispania caído como esclavo. Suevo, Vándalo, Alano …, casí mejor entre naranjos al cuidado de doce caballos árabes de crines negras degollando corderos desatados a la Meca y una belleza turca de mí costado.
Las compañías religiosas como siempre aguaron la fiesta por el Yucatán, biblia, fusil y la viruela de sus caballos que diezmaron a la población indígena en un abrir y cerrar de ojos. Se llevaron de por medio tesoros tasables como oro. Miles de códices Mayas fueron quemados en sus hogueras y desdeñando la precisión de su cosmovisión.
El tiempo, esa masa intangible que los occidentales nos hemos empeñado en moldear y que los norteños del nuevo continente se atrevieron a tildar como la cabecera de “time is Money” ( el tiempo es oro),en España se convirtió en título del programa que hizo famoso a Jordi Estadella. El mismo que nos hizo ver que sí, que acertando preguntas a contrarreloj se ganaba pasta, plata, guita… Si los primitivos mayas levantaran la cabeza le hubieran dado una patada en el culo al guionista para mofarse de que el calendario maya no sólo desdeñaba la falsa precisión del gregoriano sino que además les sobraba un día. Pero no les exime de causa alguna tampoco a estos salvajes la pertenencia de un preciso calendario: 13 meses de 28 días más 1.
Un mundo del calendario maya corresponde a 13 periodos de 400 años (1 baktún) túnicos (360 días)…, Transcurridos y tras una serie de “desajustes” mágneticos … se da paso al mundo siguiente. Vivimos en el cuarto mundo maya, su duración: desde 3.113 a.C. hasta el año 2.012 d.C., el 23 de diciembre en concreto. Serán unas navidades especiales, quizás espaciales, magnéticas o siderales en las que los esperados mochilleros aparezcan esta vez emplumados con sed de sangre y sacrificio… Quizás nada de eso y siga venciendo la pandereta, zambomba y aguinaldo, guitarra, palmas … y corra la manzanilla en Andalucia.

domingo, 31 de mayo de 2009

Reflejos



-¿No era a caso ese el aroma de la razón, de la vida fresca…?.
Su relato se fue desdibujado en el aire enrarecido por el olor a cera y café, trastornando mis sentidos en aquella meditabunda habitación, la misma en la que Mathieu había escudriñado los rincones más recónditos de su ser. Allí había gastado hasta el último peso , trazando líneas maestras en mapas, jugado con el poder de la imaginación y buscado sofocar sus temores sin medida de tiempo alguna entre el ordenado desorden de sus libros, fotografías, notas y vagos trazos inacabados, más que pese , pero eclipsantes entre las cuatro paredes de un desván asimétrico , como su vida, como sus sueños.
Asintió Mathieu un guiño antes de encadenarse a la vida otra vez, perdida en una plaza y rehabilitada en un desván, en ese desván, al poniente tenue y penumbroso, filtro y factoría, escena y teatro de lunas infinitas… maitines breves, aplacados por el cansancio de madrugadas largas. Ya libre de rencores injustos y dolores insanos.
Relataba con cada mueca en clave, una vida muerta desde la vida propia, haciéndose valer de un código no escrito, cerrado de gestos y miradas para cuya interpretación cabía entender aquel rincón y el título de cada libro o el espacio que ocupaban esas lecturas.
Se presentaba como alguien atemporal y en sus ojos se apreciaba el deseo y la viveza con grandes dosis de humildad, lo más semejo al camino entre oasis y oasis en un desierto de reflejos. Eso es, reflejos, era lo único que aún podían ver sus ojos. Ahora estaba de vuelta a la vida. Mathieu tuvo que morir primero para nacer después. Detrás de los mapas que empapelaban su hogar anotaba el nombre de allegados, amores , pecados, ciudades… y los relacionaba entre sí mediante líneas elogiándose de su locura. Toda esa trigonometría de imposible comprensión para mí, acababa en una localidad; la de su indigencia, tachada en potente rojo. Desaparecida para siempre entre las curvas de nivel donde había dejado de existir, desdibujada y condenada a la imprecisión de un lugar inconcreto alejado a la razón. Aquel lugar abandonado, sólo era visible desde el reflejo que lo causaba. Sólo sus ojos podían sentir el estímulo de la luz para verlo reflejado en el agua, en las lunas de los coches, en las luces artificiales que, como ahora, aún invadían el desván.
Alcancé a entender una pequeña ecuación en ese universo de imprecisiones en el que Mathieu buscaba una fórmula para volver definitivamente y romper todos esos espejos que la calle había impuesto en su cerebro, en su mundo de alcoholismo…del que sólo había sacado los pies … pero su alma aún quedaba presa e inmóvil. Sin saberlo yo, me estaba ofreciendo las piezas con que descifrar su código que alcanzaba a entender a pasos muy pequeños. Pero como ayudarle a romper ese espejo y buscar luego detrás. -¿Sería yo quien debiera hacerlo por él ?.
Nuestro bis a bis se prolongó tanto como sus madrugadas, su insomnio me mantuvo despejado durante mis horas de sueño, me quedé en vela aquella noche que perdí el sueño dejándome llevar por ese cosmos suyo de puertas a dentro. Pero al amanecer , Morfeo no vino esta vez a acunarlo en su infinito letargo diurno.
Mallorca 2003

sábado, 31 de enero de 2009

Pleno al quince


Pasaron quince días tan rápidos como un soplido y mucho recorrido. No sabría contar los pasos ni los kilómetros rodados o andados… Tampoco el desnivel ganado, a fin de cuentas la plenitud no es medible ni por la altura conseguida, ni por los kilómetros ganados…, más bien por la sucesión de estados que conducen a la ataraxia. Con nuestra dosis de adrenalina inyectada, he de añadir que los efectos no duraron demasiado, nos volvíamos al aeropuerto de Menara en un petit taxi con la puesta del sol rumbo a Madrid.


Marruecos es un país de contrastes, realmente bello, de buscavidas que te asaltan en cualquier esquina, de amigos que te ponen nombre, de falsas direcciones, trapicheos o trucos en los que casi siempre aparece una mano extendida y una mirada directa sazonada con una amplia sonrisa de euro, la explicación más clara… que ellos también quieren vivir como nosotros, enchufar un televisor o ver jugar al Madrid un domingo por la tarde.


Los tuaregs abandonaron su hábitat para montar sus tenderetes en la ciudad y vender dagas o alfombras, o contarte como se utilizan esas brújulas flechadas, o como avanzar siguiendo las estrellas entre el gran erg. Lo saben muy bien... pero se han dado cuenta de que allí arriba, después de Gibraltar se vive distinto. Y también saben que si se olvidan de su ganado y consiguen papel moneda vendiendo sus instrumentos después podrán conseguir una botella de J.B.
Andre, se afana en una trastienda donde nos ofrece un té, precepto hospitalario, no sin dejar de abrir un baúl de dagas y utensilios de su cultura sentados todos a su alrededor. Hace un paréntesis para preguntarnos si tenemos whisky …, de que equipo somos ( ¿?) , y si llevamos un móvil para dar, cambiar… Casualmente el mío suena, y la mirada se desvía a ese aparatejo que tantas veces he perdido… y tantas otras he vuelto a encontrar. Nunca pensé que me encontraría con un tuareg sentado en la trastienda de su comercio vendiendo utensilios, muchos de ellos hechos en serie. ¿Que hace aquí un tuareg?, uno de esos hombres azules, libres como el viento que Vazquez Figueroa me hizo imaginar en el desierto, tomando té en su jaima con doce camellos a su cuidado…

No me atreví a preguntarle con tantas dagas y cuchillos al acecho, temiendo que una de ellas acabase cortando mí curiosidad a la altura del cuello. Así que preferí seguir pensando. ¿Para qué querría un tuareg un teléfono móvil?, acaso espera encontrar cobertura en el desierto. Ese es el problema, que ya no están en el desierto…

Ya vagueando la piel de toro, tres rejoneadores en busca de un hotel barato y un bar abierto a las tantas donde tomar un pincho y una caña, tampoco pedíamos tanto pero no tuvimos éxito en ninguna de nuestras empresas, nadie es profeta en su tierra… Hubimos de conformarnos con un sándwich del 24 horas y fue un banco en plena castellana el encargado de soportarnos hasta que el cansancio nos fue venciendo, arrebatada la vista en la madera de un Madrid dormido.
Enturbiada la vista desperezo flanqueado por las dos torres de Kio y un buzón de correos.
- Joder... juraría que esto es Madrid… ¡¡¡
El banco de enfrente, habitación 434 ocupado por Pablo; tabique con tabique a la mía en la 431 Clemente. Sin calefacción, servicio de habitaciones o tele.
-¿Y el cous cous y los huevos que nos aguardaban cada mañana?. -¿Y las vistas infinitas…?. ¿Estábamos ayer en Marruecos… o ha sido un sueño?...


Sólo he de añadir algo a cerca de los que han sido mis compañeros de viaje que merecen el título de Don, aunque ninguno lo aceptaría y se perdería en una tímida mirada. Mantuvimos desde el inicio un compromiso a tres bandas que nos hizo depositar material escolar para la población más desfavorecida de la magnífica cordillera sin otro ánimo que no fuera el de aportar el más pequeño de los granos de arena para que los hijos y nietos de Brahim puedan dibujar sobre un papel blanco la inmensidad de la montaña nevada. Para que Madhy no vuelva a padecer congelaciones en sus manos…, para que los biberones de sus hijos estén libres de cualquier tipo de germen o mitigar las quemaduras provocadas por el sol e hidratar las retinas de los porteadores en el nevado. Una segunda remesa de ropa y dispensario médico se pudo hacer efectiva por medio Laura y Ferre a través de la asociación Africanomaras durante el mes de Diciembre para la que Miguel Artiaga y Sandra también colaboraron junto a nosotros muy gustosamente. No querría cerrar está maraña de párrafos que enmarco sin darles las gracias.

sábado, 24 de enero de 2009

Hotel France


A 160 km de Marraquech se encuentra la localidad de Azilal. Regida por una estructura muy simple, se articula en torno a una avenida principal donde el viejo mercedes que nos había traído dejaba a los dos primeros pasajeros con que viajamos, dos jóvenes marroquíes en edad escolar que compartieron gastos con nosotros escabechados en auquella lata. Aunque en Azilal no hay nada realmente interesante, no existe Medina ni Ville Nouvelle (herencia del protectorado), por causalidad, como casi todas las cosas que nos ocurrieron …, acabamos en una sesión de “cine de bar” que parecía sacada de la juventud de nuestros abuelos. La multitud se agolpaba con un buen bocadillo y refresco de casco en aquellas improvisadas butacas …, atentos y sin perder detalle de lo que acaecía en “el reino de los cielos” en versión original y subtitulada en árabe. La película fue rodada en Essaouira, casualmente nuestro lugar de procedencia en ese momento... Clemente dió la primera voz de alarma … -¿Ahí hemos estado?…, ¿no?. Efectivamente, no sólo habíamos pasado por aquella muralla sino que nuestro alojamiento en la finca de un particular se encontraba precisamente muy cercana a aquel punto. Sin duda fue uno de los momentos que más disfrute en esta humilde y desconocida localidad.
Tras un potente desayuno a base de zumo, café con leche y pan blanco con mermelada de melocotón…, preguntamos al gerente del establecimiento por un autobús hacia las cascadas de Ouzoud, muy cercanas a la localidad de Azilal. Gustosamente nos indicó que podríamos conseguir un taxi compartido detrás de la mezquita por un buen precio.
-/Marrassh/, /Marrassh/… /Osúu/ ,/ Osúu/ … /Denat/ … Ésas son las palabras en árabe para referirse a Marraquech, las cascadas de Ouzoud y la población de Demnate, y las profería un cejo fruncido con cara de pocos amigos, cuya función era reunir el dinero depositado en una mesa y sujeto por unas piedras hasta llenar el taxi. Puesto que nuestro destino esta vez era un lugar concurrido no tuvimos demasiados problemas para llenar el taxi, algunos más para comunicarnos con el mister. Cuando dimos con la formula de funcionamiento, depositamos nuestro dinero en una de esas piedras sin posibilidad de regateo y aguardamos a que sonara el nombre de /osú/, Ouzoud al que llegamos en apenas unos cuarenta lentos minutos marroquíes, porque si los españoles no somos muy amigos del reloj u horários …,mucho menos lo son por estas tierras… - La hora de salida: cuando se llene el taxi, autobús o vehículo, ni más ni menos, esa es la hora de partida.
Ouzoud está plagado de campings en los que pasar la noche por un módico precio, unos 30 dirhams, o dormir en el hotel France de salvaje decoración africana junto a casas de bereberes. En él te puedes alojar por algo menos de 100 dirhams, unos diez euros por noche, sin duda un precio caro para el lugar … pero una ducha caliente lo valió…, sin embargo el estremecedor ruido de sus tuberías no me dejo dormir en toda la maldita noche y creo que todos padecimos el peor de los insomnios la noche anterior a nuestra última caminata.
Desde el hotel y ganando un rápido desnivel entre olivos se alcanza la base de la cascada que cae a plomo en tres niveles. Sin duda se ha convertido en el atractivo de la zona, pese a ello guarda un equilibrio con el medio natural…, digamos que aceptable… Todos buscan la misma fotografía junto al salto de más de 100 metros de altura que se desborda entre la fundida y arcillosa pared que parece querer desparramarse hacia el suelo… pero no lo hace, otros buscan a la familia de macacos de la berbería que campan a sus anchas dejandose engañar por algún turista a cambio de postre.
Sin embargo se propone un trekking algo más puro hacia las entrañas del río. En ese afán marchamos en busca de las gargantas de el Oued el-Abid, de fácil acceso y despejada del turisteo más irresponsable e intransigente. Sin más que un poco de ganas es fácil alcanzarlas siguiendo los cañaverales río abajo dejando atrás todos los campings. El agua corre rápida hasta la intersección donde se encuentran las gargantas en medio de un lugar “muy africano” de arena rojiza .Las aguas se envalentonan y presionan fuerte contra la roca moldeando un barranco estrecho que escupe el agua a otra vertiente para juntarse con un agua achocolatada que enseguida vence y tiñe a la más pulcra.

Allí se juntan dos canales y ladera arriba crece “el quif “, materia prima para la elaboración del hachis, técnicamente ilegal aunque la posesión de campos de quif sigue siendo tolerada. Justo en aquella intersección un campesino nos detiene para cortarnos el paso con un castellano seseado. – Donde vais?... bajar a las cuevas…, de aquí en adelante no hay nada. Entendemos claramente el mensaje más aún cuando nos ofrece fumar… Declinamos la oferta para ganar el pueblo de Tanaghmelt y entrar en una zona conocida como el desierto mexicano, la verdad es un lugar muy pintoresco porque el paisaje cambia la vegetación por diminutos cactus que crecen en forma de matorral por el que asomaba algún camaleón fumado.

martes, 20 de enero de 2009

Che pibe de donde sos...


Viajar en autobús no es un lujo, claro está, tampoco lo buscábamos... Por ello cabalgamos aquella caja metálica sin reparar si el billete que habíamos comprado para partir de Marraquech y dirigirnos hacia la costa atlántica era de primera o de segunda clase, a decir verdad no conocíamos de su existencia… y salió cruz. Si fuí capaz de llegar en autobús hasta Alemanía porqué no iba a poder recorrer un infimo trayecto de unos 250 kilometros en aquella lata..., ¿no?. Pues dicen de las comparaciones que son odiosas y realmente lo son. Nos vimos montados en un autobús que más que de segunda diría que era de menos tantos. Estrecho y de cargada atmósfera que nos iba a llevar en algo más de unas tres horas a la deseada Essaouira, la cual no era hasta el momento más que una referencia pescada durante la continuación de nuestro viaje, a priori fuera de cualquier tipo de previsión… si es que la hubo alguna vez. Sin dejar lugar a la duda, montar uno de estos trastos es toda una aventura y no hay que dejar de hacerlo, vale la pena y lo volvería a tomar.
Avanzando por esa sinuosa carretera que buscaba las dunas de la costa, comencé a reparar en el hecho de que había salido cara en la moneda y que el rostro de Mohamed VI … nos había embarcado en ese desvencijado barco de carretera.
Los viajeros que iban de pie se agachaban ante los controles de la gendarmerie royale, avanzando entre bache mientras al lomo, la vaca cargaba con sacos de lana que depositar en los arrabales de la ciudad con la que Jimi Hendrich también soñó y que pareció ser ante los ojos del mundo inspiración de Castles made of sun, aunque más tarde resultó ser anterior a su viaje por la fina arena de su playa, caminando por las dunas de Cap Sim… en ESSAOUIRA.


-Che pibe de donde sos ?.
-De España…, de la costa mediterránea…
-Bello viejo, bello ese /asul/…


Aquellos argentinos habían acabado en aquel autobús de la misma manera que nosotros, sólo que uno de ellos no viajaba sentado en una butaca, eso era un lujo, sino que lo hacía sobre un filtro de aceite…, que no sé muy bien que hacía por allí chasqueando de lado a lado en el pasillo...pero a decir verdad prefiero no pensar demasiado a cerca de ello.

Compartimos el mismo aire comprimido con ellos durante las horas de viaje, ansiosos por bajar de aquel tanque y chocarnos de bruces contra el alizee… en el Atlántico, el mismo viento que recogió a Colón en una latitud diferente y que le llevó rumbo a las indias, distintas indias…pero en ese momento … fueron sus indias y no otras las que había encontrado.

Los días curten…, cómodos en este salón llamado estado natural que es nuestra casa. Habíamos pasado de estar en el punto más alto de todo el norte africano a una altitud de costa, quizás era hacia aquí donde se dirigía el hocico del dragón buscando algo de sosiego puesto que justamente fue eso lo que la ciudad amurallada nos ofreció.
Pablo reparte y reparte junto a Clement durante el viaje. Arrancan sonrisas de entre la sombra de niños que nos persiguieron por la cordillera, con un caramelo, una mueca, un gesto o un regalo en forma de lapicero o cuartilla en que garabatear algo… Yo me dejé participar en cada escena tratando de buscar una imagen de la belleza humana con mí cámara, para mostrarla de vuelta a los ojos de amigos, familiares … o desconocidos, hacerles comprender el bruto significado de la palabra, conocer, emprender, mirar, observar, buscar, jugar ... Compartir con los mios el frío, el calor, el cansancio, aroma o color… con un mensaje, una corta llamada, un breve mail … o una carta …Siempre junto a mis infatigables e incansables compañeros Don Pablo y Sir Clemente que no cesaron jamás de caminar sin mostrar el menor atisbo de cansancio, nunca dieron a doblar sus piernas salvo para coger carrera… Juntos hemos ido desgastando suelas por nuestra geografía para volvernos a calzar el cuero allá donde de quiera que llegue la primavera, el hielo, la lluvia, el barro, el viento, el agua fresca, dulce o salada… al son de un tam tam o al fino y agudo chasquido de un piolet. Por eso y solamente por eso somos un buen equipo de piraos en busca de quimeras que se dejan mecer por el atractivo de cualquier idea tosca a la que se le pueda tornear forma, sabor y sentido.

lunes, 19 de enero de 2009

Aladin Brahim


Tras cinco días por el cielo marroquí, decidimos darnos una tregua de al menos dos jornadas de descompresión, de noches más largas donde bajar las pulsaciones de nuestras “cafeteras” y comentar los mejores momentos de nuestra estancia en el cielo con un buen cous-cous entre manos, dando gracias al grande parafraseando las palabras de nuestro anfitrión, cuando ya echábamos de menos la llamada del almuédano a la oración, la misma que nos seguía despertando a las cinco de la mañana…, como cada día en la indomable ciudad roja de Marraquech.
Así nos regalábamos una última noche, esta vez en la casa de Brahim, sita junto a la mezquita de Imlil.
Brahim es la persona más sonriente que encontré jamás en Marruecos y sin duda un proveedor incansable… de cualquier cosa, si quieres pan… te lleva hasta el mismo horno para que sientas el fuego, el aroma de la harina…, como un rayo mientras libera sus piernas con un leve tirón, levantando la estrecha djellaba que ahora pende de su hombro derecho como un césar, muy peculiar pero un césar. Liberadas sus extremidades el nervio le mueve compulsivamente mientras deja hervir su sangre bereber. -Un taxi ?...,te lo mete en casa. Sería capaz de conseguirte un avión en la mismísima plaza del pueblo si pudiera mientras te enseña su credencial montañera que respalda un viejo diploma amarillento colgado de su multifamiliar casa con la fotografía del personaje más influyente de todo el Atlas; Aladin Brahim… de apodo, el magnífico.
Aquella tarde nos despedimos del Atlas rumbo de nuevo al kilometro cero; Marraquech, la abrumadora y asfixiante ciudad de las mil y una caras, tan bulliciosa como hermosa…, mágica…, cuyas noches anaranjadas alegran cuentacuentos, sonidos de viento y percusión. No creo que pueda olvidar jamás el fuerte olor a clavo y a hierbabuena de sus zocos, el color de sus noches, ni la incesante llamada del almuédano desde la Koutoubia, muy alejado de frases hechas, mientras la ciudad roja infarta de belleza.

viernes, 16 de enero de 2009

La senda de la concordia


Rashif, nuestro mulero ajusta la grupa de mimbre del que será nuestro rocinante, porteador de los bultos que vamos moviendo por estas remotas tierras altas a través de una senda pedregosa, de aspecto lunar, que nos lleva hacia los 3.200 metros de altitud. Serpentea embriagada de felicidad, transitada por las sonrisas frescas de los niños bereberes y los curtidos rostros al sol de sus agricultores para dar la última pincelada a este crisol sus féminas, cuya sonrisa y figura es el mayor de los secretos guardados en Marruecos.
Ganaderos, vendedores, pastores, muleros, cascos de refrescos colgantes de cordeles al relente de alguna sombría acequia… y mulas que portan agua embotellada allí arriba, carne y pollos para cocinar… todo en una constante y perpetua caravana de vida que parece no querer cesar jamás…como salida de las mismísimas fuentes del Nilo, fuente de la eternidad. Y es que la montaña más alta del norte africano despierta un gran interés entre montañeros, capaz de movilizar toda una acertada logística casi matemática, articulada desde el pueblo bereber de imlil, sin dejar impasibles también a grupos de homo sapiens turisticus y algún que otro homo no sapiens donde me encuentro.
Sidi Chamoruch, de origen preislámico y centro de peregrinación ha pasado a convertirse en una de las paradas obligadas hacia el refugio del Toubkal. Sus improvisadas terrazas desvirtuan el carácter sagrado para el que fue concebido inicialmente.Por ello continuamos para secar el sudor algo más arriba. Yo al menos y a título personal lo disfruto observando el *marabout ( enorme piedra encalada) desde la colina con un buen trago de agua fresca, para coger carrera e intentar pasar como el viento, desapercibido entre los puestos de telas y tenderetes que no hacen más que romper el perfil de su hostil paisaje..., pero claro está … no sólo de pan vive el hombre.
Nuestro mulero sin duda sería el mejor de los sprinters en el tour de Francia, despuntando al más puro estilo de El chaba en la montaña con su bicicleta de cuatro patas alforjada, de ojos almendrados y negro azabache… dejándonos atrás desprovistos de nuestros enseres, comida y agua que sigue porteando durante las arduas cinco horas que nos separan del refugio hasta hacer despertar a la dueña de estas tierras con su rostro más bello… la luna.
Una vez allí... fielmente nos aguarda, depositados ya nuestros bártulos en tierra, mientras nuestras almas se dejan ver desde la lejanía avanzando entre una fina senda en medio de un pedregal despuntado de finas cumbres nevadas que amenaza la niebla.
Nos “espera” el primo de Brahim; Brahim Ait Elkadi, le gardien du refuge, su ayudante Mahdi…, un grupo de polacos, Peter de Irlanda y su amigo suizo, estos últimos grandes entendedores de los caldos españoles desde la rustica sangre de toro hasta el paladar de un rugoso rioja. También Xavi del Puigcerdà…, Armaud de Francia... Claro está, no los conocíamos… pero parecían esperarnos, como nosotros a todos los que iban llegando, esa es la grandeza de la montaña, que siempre hay alguien que te está esperando para… comer, compartir o presentar nuevos planes que puedan variar la ruta de tu viaje.
Pablo, Clemente y yo ascendíamos los 4.197 metros del Yebel Toubkal el segundo día en aquella montaña con la que habíamos soñado una vez. Desde sus collados se elevaba con la majestuosidad de un coloso de pose impertérrita. Desde su vértice, el lomo herido de un dragón que parecía furioso… contorsionándose, jalonado de picos acariciados por el viento y la nieve. Desde allí arriba y levantando la mirada… el cielo se abría y el horizonte parecía querer curvarse entre sol y el frío mientras aquel onírico réptil buscaba perder su hocico barbado entre el horizonte en busca del mar.

Unos días más en la cordillera nos permitió seguir explorando valles..., contemplar las costumbres de sus gentes..., además de conocer nuevos collados, picos y agujas desde donde observar las vertientes de el Atlas durante el tiempo que duraron cuatro medias lunas de té, dátiles, sésamo y almendras en la suit más perfecta de sus noches abiertas al cielo.

Uno siempre termina por dejar un refugio con pena, empiezas a despedirte de esos grandes “desconocidos” con los que has compartido un día, dos, tres, cuatro…cinco… y que después acabas encontrándote de nuevo en algún zoco... junto con antiguos compañeros de taxi que te tocan la espalda en el centro de alguna medina, para entonces una extraña sensación parece querer inundar tus labios con una agradable sonrisa por ese encuentro que fue tan efímero como la chispa de una cerilla pero tan vital como su llama.

jueves, 15 de enero de 2009

Bonjour Imlil


El alma se adelanta, coge el avión y se marcha sin pedir permiso.Sin pasaporte, dinero o lajas. Lo hace unos días antes dejando desprovisto al cuerpo de algunos sentidos básicos pero no vitales, descuidando la concentración hasta que el resto del yo sale a su búsqueda. Yo dí con ella en la plaza de Jema el Fna, sita en el centro de Marraquech, el día de gracias tras el noveno mes…; el Ramadán. Regateaba una daga tuareg en alpaca, de incrustaciones nobles y dientes de camello… con unos mercaderes.
Hube de realojarla, después de una trifulca con ella, cerca del corazón para continuar esta vez ya juntos a bordo de un ‘grand-taxi ‘ camicace rumbo a Imlil por la serpenteante carretera que dibuja la rambla de un río, dirección al lugar que le prometí un año antes..., un capricho: el ascenso al pico más alto de la cordillera del Atlas, el yebel Toubkal.
Imlil es parada obligatoria para todos los montañeros que acaban por esta región Bereber. Una pequeña localidad situada en un fértil valle de manzanos, zanahorias y patatas que acaban humenado tajines y bandejas de cous-cous.
En la plaza del pueblo, Brahim espera a cada uno de los montañeros para ofrecerles su casa y una mula con que portear el quipo hasta el C.A.F. (refugio que gestiona el club alpino francés en la base del Toubkal), sin previo aviso claro está… En este país no hay horarios, ni horas. El reloj se convierte en un mero instrumento ornamental poco útil. Cuando se convive con el horizonte, el sol y la luna como telón de fondo, sin cementos grises y opacos que enturbien aún más la vista …, la ‘hora’ pasa a transformarse en palabras; la hora de comer, de la oración, de dormir … de nada. Un lugar donde querer significa dar y buscar encontrar…- Bonjour Imlil.

martes, 13 de enero de 2009

En camino


En bicicleta, autobús, barco…, a remo, motor o viento … de idas y venidas en horizontal, vertical e incluso hacia las entrañas. Claro que me habré descuidado, perdido algún evento o actividad…, muchos diría yo, porque nunca es bastante, siempre es poco y jamás se aprende lo suficiente. Ley de vida, pero al quite para recuperarlo, aproximándose de frente, siempre escuchando y administrando cuidadósamente el silencio.
Muchos de ellos rescatados de un libro, de una ensoñación diurna, horas de contemplación … y otras tantas recogidas de la infancia, rescatadas de algún sueño sin lugar que tuve en un pasado jugando con mis hermanos, primos o vecinos en algún secarral.
Recuperé un sueño en una librería: Alí Bei, viajes por Marruecos… porque entre libros uno se siente protegido. No sólo incitan a la búsqueda sino que ofrecen las claves de ella, casi siempre ... a mi vago parecer, en forma de señales, advertencias dadas por la vida para que no olvides que has de ir colmando tus pequeñas aspiraciones por modestas que puedan parecer. En ocasiones se pasan por alto y acaban en enfermedad, molestia, infelicidad, desídia … Una vasta ristra de patologías y autocompasiones indeseadas que impiden mantener una adecuada higiene emocional … Para cuando eres consciente de no haberlas colmado, es ya demasiado tarde o cuando menos el camino hacia atrás resulta más pecaminoso, por eso y solamente por eso hay que cazarlas, leerlas e interpretarlas… puesto que su cifrado no a todos nos dice lo mismo.
Alí Bei fue el sobre nombre que adoptó Domingo Badía, para infiltrarse en el mundo islámico. Aprendió la lengua, costumbres y fue recibido en cada uno de los palacios califales durante su camino para llegar hasta la Meca, convirtiéndose en el primer europeo no esclavo que colmase tamaña empresa .

Su libro, de angosta textura me atrapó y no fue al revés pues yo sólo me tope de bruces con él en una conocida librería alicantina… Quizás una mala foto me hubiera hecho repudiarlo... pero no fue así… También era bonito por fuera y el verdor de un oasis como portada actuó tan bien como perdiz de reclamo que me cazó. Abatido no me quedó otra que sacar unas monedas para pagar su lectura.
Pero los sueños son tan moldeables como uno quiera y esa es la gran ventaja de la literatura…, de la ensoñación… uno tira su pegote de barro sobre el torno y lo moldea mejor o peor pero a su parecer, para pintarlo después con los colores que prefiera si es que se los quiere dar.
Después de aquel encuentro, comencé a moldear ideas para adaptarlo a algo más mundano puesto que claro está, no me jugaría las manos por llegar hasta la Meca, pero sí que me jugaría algún tropiezo o empujón por llegar a otra más personal bajo forma de roca, desierto o palabras de un acento distinto al mío… situada en la región bereber.