La carretera central me lleva hasta Guantánamo para ir
cumpliendo con mis destinos. En contra de lo que se piensa desde la comunidad
internacional, no pertenece al vecino estadounidense. Los yankis poseen una
base en la costa que los lugareños conocen como la costa de los mosquitos. Base
que ni tan siquiera es apreciable desde ningún punto guantanamero pese a que
son muchos los turistas preguntan por la bandera norteamericana. Que tontería
más grande pudiendo escuchar
"guantanamera, guajira guantanamera" en cualquier rincón de la villa, yo al menos me quedo con los acordes del "antes de morieme quiero, echar mis versos del alma".
La presencia estadounidense responde a un arrendamiento que decidió pagar la administración estadounidense durante la guerra de independencia contra España en la que participaron. Establecieron una base temporal a cambio del religioso pago de un alquiler por el establecimiento. Cuba no cobra los cheques que llegan a la isla y se dice que se van apilando en uno de los cajones del despacho del comandante en jefe apilándose como basura reciclable.
Mi estancia en Guantánamo es breve... puesto que añado a mí libreta un destino más para completar el extremo oriental de la isla; Baracoa, apartada del resto de Cuba residencia de caudalosos ríos, bosque tropical, playa y montaña en el lugar más edénico de la isla donde me aguarda la señora Carmen.
"guantanamera, guajira guantanamera" en cualquier rincón de la villa, yo al menos me quedo con los acordes del "antes de morieme quiero, echar mis versos del alma".
La presencia estadounidense responde a un arrendamiento que decidió pagar la administración estadounidense durante la guerra de independencia contra España en la que participaron. Establecieron una base temporal a cambio del religioso pago de un alquiler por el establecimiento. Cuba no cobra los cheques que llegan a la isla y se dice que se van apilando en uno de los cajones del despacho del comandante en jefe apilándose como basura reciclable.
Mi estancia en Guantánamo es breve... puesto que añado a mí libreta un destino más para completar el extremo oriental de la isla; Baracoa, apartada del resto de Cuba residencia de caudalosos ríos, bosque tropical, playa y montaña en el lugar más edénico de la isla donde me aguarda la señora Carmen.
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